Dr. Alejandro López Rivas
Cuando ocurre un accidente automovilístico, ya sean como pasajero de algún vehiculo o como peatón, se tiene que conocer la forma exacta de cómo ocurrió; el tipo de vehículo, cómo fue el impacto, la velocidad aproximada a la que circulaba el vehículo y cómo fue el tipo de alcance, de todo esto dependen las lesiones y la severidad. Estos son los factores que se deben de tomar en cuenta:
En caso de ser pasajero:
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Si usaba cinturón de seguridad,
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Que posición ocupaba el tripulante,
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La velocidad aproximada a la que viajaba el vehículo.
Cuando el accidente fue contra otro auto,
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Si fue impactado, conocer la velocidad aproximada del otro vehículo y cómo fue éste, alcance lateral, frontal o posterior.
En caso de ser atropellado
El “ANTES DEL ACCIDENTE NO ME DOLÍA NADA” es la frase que suele ser pronunciada por los pacientes después de un accidente, un percanse este tipo puede exacerbar los síntomas de patologías con las que ya contaba el lesionado, pero que antes no le daba importancia o ya se estaba tratando.
Este tipo de argumentos son escuchados con cierta frecuencia cuando el vehículo que ocasionó el accidente o en el que viajaba el lesionado cuenta con un seguro de gastos médicos para ocupantes o de responsabilidad civil para terceros. La mayor parte de las lesiones en autos son ambulatorias y no suelen dejar secuelas, he de ahí la importancia de instaurar un tratamiento oportuno, eficaz y profesional. Existen diversas patologías crónico-degenerativas que pueden pasar por desapercibidas, pero cuando ocurre un accidente estas se “hacen evidentes” o se exacerban sus síntomas. Algunas que ejemplifican estas situaciones son:
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La diabetes.
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La artritis reumatoide.
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Artrosis.
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Osteoporosis.
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Patologías congénitas.
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Fracturas antiguas.
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Cirugías antiguas.
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Lupus eritematoso.
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Migraña.
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Epilepsia.
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Problemas dentales.
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Varices o problemas de la circulación.
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Patologías de nasales.
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Enfermedades de columna vertebral como:
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Hernia discal.
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Escoliosis o deformidades adquiridas.
Es importante realizar una historia clínica al detalle durante la primera visita del paciente, ya que de esta se puede obtener información muy valiosa en cuanto a los antecedentes del paciente como: la edad, los hábitos, su ocupación etc. Esto ayudará a normar la conducta a seguir por parte del prestador de servicios médicos. El profesional de la salud debe de ser capaz de diferenciar, cuando es complicación propia del accidente y hasta donde es parte del proceso patológico preexistente.
Es de vital importancia conocer el tiempo en el que el accidente se hubiera resuelto, sin que la patología hubiese existido. Se ha de ser muy claro con el lesionado con respecto a los cuidados de las lesiones, aclarando qué complicaciones puede tener por no llevar a cabo la terapéutica indicada, hacerle ver que es responsabilidad del mismo.
Ante la duda de saber hasta donde se encuentra fincada la responsabilidad de las lesiones de un paciente en casos dudosos, se pueden solicitar estudios de gabinete e interconsultas con médicos especialistas, éstas siempre deben tener plena justificación.
De no llevar a cabo los consejos anteriores, un esguince cervical grado 1 se puede convertir en una hernia discal por canal estrecho, por problemas degenerativos, y terminar en cirugía, o una simple dermoabrasión (raspón), en cirugías reconstructivas con colocación de injertos en pacientes con diabetes, o con insuficiencia vascular periférica venosa (varices).