Culpabilidad en accidentes
¿Sabes qué haces bien y mal al manejar?
Generalmente todos aventamos el coche cuando vamos a dar vuelta, pero ¿Realmente sabemos quién debe pasar primero? ¿Qué carril debemos seguir?
Aqui te dejamos una infografía:
¿Sabes qué haces bien y mal al manejar?
Generalmente todos aventamos el coche cuando vamos a dar vuelta, pero ¿Realmente sabemos quién debe pasar primero? ¿Qué carril debemos seguir?
Aqui te dejamos una infografía:
La compañía aseguradora de tu vehículo requiere que pagues un deducible por los daños a tu automóvil si el accidente fue por tu culpa. Un oficial de policía asesora el accidente, determina quién fue el culpable y emite una citación a la parte culpable. A menos que hayas conducido de manera peligrosa o se hayan puesto en juego factores principales, el conductor que te golpeó por detrás normalmente es el responsable de los daños del accidente.
Si tienes una cobertura completa en tu póliza de seguro y el oficial de policía determina que causaste que el conductor de atrás te golpeara, debes realizar el pago del deducible de tu póliza de seguros para cubrir los daños ocasionados a tu vehículo. Tu compañía paga los daños ocasionados al otro automóvil pero NO debes pagar el deducible por el mismo.
Las condiciones del camino por mal clima, obstáculos en el camino, animales y otros peligros pueden hacer que un conductor te golpee por detrás, y un oficial de tránsito probablemente determinará que ninguno es culpable por el accidente. Debes pagar el deducible en tu póliza de seguros para cubrir los daños.
Sabemos que se escucha que sea el caso que sea, deberás pagar el deducible pero es muy importante que mantengas el seguro por cualquier emergencia que se presente, ya sea un accidente de tránsito, daños a terceros o que sufras algún robo. Siempre será mejor pagar esa cantidad a que se te acumule un gran gasto que por supuesto no tenías contemplado.
1.- Conserva la calma: Puede parecer obvio, pero es quizás lo más importante en estos casos. La histeria no te ayudará a resolver problemas concretos, que es lo que necesitas en estos momentos. Además, tu agresividad puede contagiar a los otros y crear climas de tensión o incluso de violencia.
2. Se empático: Cuando uno sufre un choque, el enojo con la otra persona involucrada es total. Sin embargo, debes contar hasta 10 y recordar que el otro está igual de angustiado y asustado que tú. Siempre es mejor resolver estas situaciones mediante el diálogo pues a final de cuentas, ambas partes quieren lo mismo: solucionar el problema y reparar los vehículos.
3.- No te des a la fuga: Este es un gran “NO” en caso de choques, quizás el más grande de todos. Y ni siquiera lo decimos porque sea mal educado e irresponsable. Sino porque es un delito. La otra persona involucrada puede tomar tu patente y denunciarte, y eso traerá graves multas que pueden llegar a costarte incluso más que los gastos de reparación.
4.- Revisión de un especialista: Un error que todos cometemos es el famoso «No me duele nada, todo está bien», es indispensable que nos revise un especialista para saber que todo está bien con nuestros músculos y huesos ya que pueden presentarse secuelas mucho más graves si dejamos pasar un golpe.
5.- Llama a tu aseguradora: Llama de inmediato a tu seguro, ellos te podrán guiar sobre los pasos a seguir.
6.- Pide todos los datos necesarios: Nombres, teléfonos, patentes. Debes informarte totalmente de las características del auto que chocaste o te chocó. Además, puedes pedir al representante de tu seguro una copia de los antecedentes del suceso una vez que des la declaración en caso de que los necesites para acciones judiciales u otro tipo de trámites.
7.- No eches la culpa: al momento en que pidan tu declaración, limítate a describir el hecho con el mayor detalle posible a las autoridades. Por mucho que sientas que el siniestro fue responsabilidad del otro, no los acuses, pues serán las autoridades quienes determinarán quién ocasionó el accidente. Para lograr esto en momentos de exaltación es importante mantener la calma.
8.- No busques soluciones rápidas, sino concretas: En caso de choques o accidentes, a menudo buscamos resolver todo de inmediato sin pensar en los pasos a seguir y las consecuencias. Recuerda que todo tiene un procedimiento, desde el cobro de tu seguro hasta la asistencia médica, y que es mejor seguirla para evitarse problemas.
9.- Ojo con el síndrome post traumático: Es normal que podamos pasar por un pequeño o severo trauma después de un accidente, no dejes de buscar ayuda si sientes ansiedad o miedo mientras manejas, no es normal tan normal como parece, visita un especialista para que te puedan ayudar a resolverlo.
Los abuelos y, quienes han sufrido fracturas o lesiones óseas, tienen la capacidad de predecir cuándo va a llover, basados en el dolor que sienten en huesos y articulaciones. Este “súper-poder” no se trata de un mito de la ciencia, sino que tiene un asidero real. Hoy, queremos contarles por qué duelen los huesos cuando va a llover.
¿Duelen los huesos? Culpa del clima
Los huesos y especialmente las articulaciones responden a los cambios en el clima y la ciencia ha podido explicar a qué se debe tan particular situación, que transforma a algunos en unos verdaderos meteorólogos. Mientras más daño se tenga en las articulaciones, más exactos son los pronósticos. Quienes tienen artritis son quienes más sufren de dolor cuando cambia el clima y, la ciencia tiene varias explicaciones para definir por qué ocurre tan extraño fenómeno.
La más aceptada y comprobada se basa en el cambio de la presión barométrica de la atmósfera, que tiende a disminuir cuando se acerca el mal clima, creando el mencionado efecto en el cuerpo. La gente sana no notará cambios, pero quienes tiene algún daño en los tejidos, sienten como esa presión más baja hace que estos se expandan, haciendo presión por sobre la articulación.
Quienes sufren lesiones articulares, saben que los nervios que las rodean están más sensibles y, por ello, sutiles cambios en el ambiente pueden transformarse en dolores. No importa si es que se acerca una tormenta o sólo una leve lluvia, el dolor estará presente.
Efectos de la presión barométrica sobre el cuerpo
Tal como las bajas de presión barométrica en los días de lluvia provocan expansión de tejidos y, por ende, dolor de articulaciones, los diferentes cambios en ella también son culpables de otros efectos.
Cuando viajamos en avión, la altitud, pese a que las cabinas están presurizadas, puede hacer que nuestros pies se hinchen. Ello también se debe a la menor presión barométrica.
Si estamos ubicados a nivel del mar y, tampoco nos movemos durante largos periodos de tiempo, no sufriremos de hinchazón, ya que allí la presión permanece alta y estable.
El dolor de huesos se puede presentar en diferentes circunstancias pero una de las más frecuentes es causado por el cambio de temperatura y sobretodo, el frío.
Estamos a días de iniciar el invierno y para muchos de nosotros significa revivir dolores de articulaciones o huesos de alguna lesión que hayamos tenido en el pasado, es por esto que te dejamos un post sobre algunos remedios naturales que puedes tener en casa en caso de que se requiera o como prevención, total, ¿A quién no se le antoja algo caliente en estas épocas?
Rotaciones de brazo.
Haz 10 círculos con los brazos hacia delante. Repite pero ahora en reversa, de adelante hacia atrás. A continuación, mueve los brazos hacia atrás y adelante a través de la parte delantera de tu cuerpo.
Las rotaciones de tobillo
Pon en puntillas el pie y gira el tobillo unas 10 veces. Luego repite hacia la otra dirección.
Rotaciones de cabeza
Baja la cabeza a la altura de tu pecho. Luego gire lentamente la oreja hacia un hombro, y continuar el movimiento, haciendo un círculo completo. Haga 10 círculos, luego repetir en la dirección opuesta.
Círculos de rodilla
Párate con los pies a pocos centímetros de distancia y que las rodillas apenas rocen. Manténlos juntos, lentamente girar las rodillas en un círculo. Completa 10 círculos, luego repetir en la dirección opuesta.
El mejor ejercicio para mantener unos huesos sanos es el que requiere sostener el propio peso. Este tipo de ejercicio hace que uno se esfuerce a trabajar en contra de la gravedad. Ejemplos de estos ejercicios pueden ser:
En contraste, los ejercicios que no requieren sostener el propio peso son nadar y montar en bicicleta. Aún cuando estos ejercicios ayudan a fortalecer y a mantener fuertes los músculos y reducen el riesgo de enfermedades cardiovasculares, no son los más eficaces para fortalecer los huesos.
Préstele atención a su cuerpo. Al comenzar una rutina de ejercicios, es posible que tenga algo de dolor y malestar en los músculos, pero no debe ser muy doloroso ni durar más de 48 horas. Si esto ocurre, es posible que esté esforzándose demasiado y que necesite ir más despacio.
El tabaco contiene muchas sustancias que afectan a la salud. El consumo crónico de estas sustancias genera daño irreversible en el pulmón, sistema digestivo, circulatorio, etc. También nuestros huesos pueden ser afectados por el tabaco.
Varios estudios han demostrado la relación entre fumar y padecer osteoporosis en mujeres, y ahora un nuevo estudio confirma que esta conexión también se produce en los hombres. Concretamente, fumar, incluso menos de doce cigarrillos al día, es un factor de riesgo para padecer fragilidad ósea.
La nicotina y otras sustancias tóxicas contenidas dentro del tabaco generan radicales libres. Estas sustancias alteran el funcionamiento de las células y las pueden llegar a destruir. En el caso del hueso, el tabaco afecta a las células que remodelan el hueso y prolongan o impiden la formación de hueso nuevo.
¿Quiénes pueden tener alteraciones óseas por el tabaco?
Todas las personas que fuman o se exponen al humo de tabaco (de segunda mano) pueden sufrir los efectos negativos sobre el hueso.
Entre más tiempo fume o más cigarrillos consuma el riesgo es mayor. Si además tiene otros factores de riesgo para osteoporosis, la probabilidad de padecerla aumentan
¿Qué es?
Es un trastorno genético en el cual los huesos se fracturan con facilidad. Algunas veces, los huesos se fracturan sin un motivo aparente. La OI también puede causar:
No existe una cura, pero los síntomas pueden controlarse. Los tratamientos incluyen ejercicio, analgésicos, fisioterapia, sillas de ruedas, aparatos dentales y cirugía.