El dolor de espalda en los deportistas
El dolor de espalda afecta a la mayor parte de los corredores, tanto de calle, aventura y triatlón. Las causas que desencadenan el dolor pueden ser muchas, desde la postura de trabajo, hasta el tipo de zapatillas que usamos para entrenar.
Si bien las lesiones de la columna vertebral en atletas pueden afectar cualquiera de los segmentos, las ubicadas en la región lumbar son las más frecuentes y por su elevada asociación con cambios degenerativos, suelen ser las que generan más dudas respecto de las posibilidades de un retorno deportivo al nivel pre-lesional. Abundan ejemplos de depor- tistas de elite que han debido abandonar prematuramente su disciplina por esta causa y, si bien tienen menos difusión, son también numerosos los ejemplos de atletas que han logrado una recuperación completa con regreso deportivo exitoso
¿Qué aumenta el riesgo de dolor de espalda en los deportistas?
Por las posturas y movimientos que condicionan, algunos deportes aumentan el riesgo de provocar alteraciones orgánicas de la columna vertebral, como:
- Escoliosis y espondilolistesis, que han demostrado asociarse muy frecuentemente en chicas en edad de crecimiento que practican gimnasia rítmica a nivel competitivo.
- Hernias discales en deportes que conllevan la flexo-extensión con carga, como algunos estilos de halterofilia, la exposición a saltos y vibraciones repetidas, como el baloncesto, o la torsión brusca y repetida, como el golf o el squash.
Sin embargo, para que un deporte llegue a ocasionar una alteración orgánica de la columna vertebral debe ser practicado de forma muy constante e intensa. Por eso, habitualmente sólo ocurre en deportistas profesionales.
Otros deportes generan fácilmente contracturas musculares porque condicionan esfuerzos muy intensos. La falta de entrenamiento y la incorrección del estilo facilitan que la contractura aparezca ante esfuerzos menos intensos, por lo que también aparecen entre los deportistas no profesionales.
Por último, otros deportes exponen a otros factores que aumentan el riesgo de padecer dolor de espalda, como las vibraciones.